La interpretación de la obra de arte, al tratarse de una pintura, consiste en ampliar el plano del cuadro, en extender la mirada del autor y, como ya he comentado, en materializar la idea de estar y ser en tiempos distintos.
De este modo, se entrelazan la Huida y la Natividad, que en el fondo no dejan de ser dos momentos de una misma historia: al fin y al cabo, es un Belén.
Algunos detalles del proceso ya han sido comentados; otros se dejan entrever en las propias imágenes, aunque todavía de forma parcial.
El resto permanece en espera, reservado a la mirada frontal que, a su debido tiempo, desvelará el conjunto. [Hay alguna que otra buena y gozosa sorpresa...]