La belleza de estas figuras tiene dos vertientes: 
 
1. Puramente el trabajo artesano y su antiguedad, a algunos les pueden parecer figuras demasiado senzillas, a mi personalmente muy bonitas,  que reflejan la realidad del pesebrismo de este pais, ya que pocas casas podrian disponer de figuras de grandes artistas, y en realidad nuestros abuelos, en su mayoria solo disponian de figuras de las llamadas de cacharreria o populares. La pregunta es: ¿cuantas figuras artesanas se han perdido por no darles su merecido valor? 
 
2. La belleza de los recuerdos: Tener en nuestras manos las figuras que pertenecieron a nuestros abuelos, nos da la sensación de tenerlos un poco con nosotros, saber que ellos montaban el pesebre, con las mismas figuras que nosotros tenemos en nuestras manos. Cuando contemplo mi modesta colección, siempre recuerdo a la gente que tuvo en propiedad esas figuras, y que en vida o no, me las dieron para que yo las siguiera disfrutando.