Pues aún dándote parte de razón, yo sí creo que es bueno saberlo.
Muchos somos de fuera, y lo que puede atraernos, además de ver las piezas, por supuesto, es conocer y charlar un rato con los artesanos que vienen desde lejos.
De otro modo a lo mejor no nos renta ir, por lo que digo que convendría saberlo de antemano.