Tuve la suerte de conocer a este entrañable fraile carmelita y belenista, y la noticia de su fallecimiento me ha pillado precisamente trabajando en el Convento del Santo Angel, que fue su último destino, restaurando la Imagen de San José. Son varios años trabajando para los Carmelitas Descalzos, años en los que se ha dmdorjado una gran amistad con sus amables frailes. Y hoy, mientras él visitaba por última vezsu querida Iglesia, arriba, en su Convento, trabajando, recordábamos sv figura, con sus anécdotas y su singular personalidad. Y cómo no, sus Belenes. DESCANSE EN PAZ.
Desde aquí, acompañar en el sentimiento a mis amigos Carmelitas del Santo Angel, en un día triste para todos, especialmente para ellos.
Ya mira a los ojos a la Virgen del Carmen, y el Cielo ya tiene su Belén. El Belén del Hermano Humberto, Carmelita y Belenista.