Rojo de sangre el cielo se ponía
en un triste horizonte de amargura
reflejando la espantosa locura
que Herodes añadió a su cobardía.

En Belén se desbordan la agonía,
y las lágrimas y la desventura;
atroz duelo, cruel pena sin mesura
por los pequeños muertos aquel día.

De tanto horror el Niño se ha salvado.
Fue voluntad de Dios que así ocurriese
para evitar el triunfo del malvado.

Y avisando el ángel que a Egipto huyese
la Sagrada Familia, ha logrado
que el designio divino se cumpliese.

Bellísima escena y soneto, claro que a Juan, no le hacen falta añadiduras, para que reconozcamos que es un Excelente Realizador de Escenas y Composiciones.
Mi más cordial enhorabuena Juan.
Saludos Cañizo.

que estamoa tan bonita, enhorabuena, sabes transmitir eres todo un maestro. felicidades !! ( :

Ambos me han gustado, pero el diorama es impresionante.