A propósito del Beato padre Pro, he encontrado un escrito del padre Carlos Miguel Buela.
"El sentido del humor del Padre Pro"
Sabemos que la alegría brota de la caridad y que en definitiva es un don del Espíritu Santo. Por eso voy a tratar del sentido del humor del Padre Pro, citando algunos testimonios y anécdotas.
De «Cocol» -así le apodaban de niño- se cuenta esta travesura que manifiesta el sentido del humor que tenía desde niño:
«Un día se paseaba con su hermana, cuando se sienten atraídos por los gritos de un grupo de rancheros. Era una venta de animales mostrencos, (extraviados). Precisamente en ese momento alguien ofrecía un peso por un burro viejo y cojo cuyas costillas podían contarse. Una voz puja:
- ¡Un peso cincuenta!
Después otra voz:
- ¡Dos pesos!
Miguel, escondido detrás de su hermana e imitando su voz, grita:
- ¡Dos cincuenta!
Y se escabulle hasta esconderse en la esquina próxima. Como nadie ofrece un centavo más, el rematador adjudica el viejo burro:
-¡Es suyo señorita!
Ella protesta.
-¡No ponga en ridículo a la autoridad, señorita! Usted lo compró, debe pagarlo.
María Concepción consigue a duras penas convencerlo de que ha sido víctima de una broma. Y, en medio de las burlas de la gente, va a unirse con su hermano Miguel, que, muerto de la risa, la espera en la esquina.
-¿Qué tal te fue con tu burro?, le pregunta... Ven, vamos a tomar un helado y olvidemos lo sucedido.
En el restaurante ordena lo mejor que tengan, y mientras vienen a servírselo:
-¿Qué quieres?, le dice. ¡Ponte en mi lugar! ¡Tu harías lo mismo! Señoritas como tú invitan a hacerles toda clase de locuras...».
Era un bromista insuperable. Un verdadero hombre eutrapélico.