Esta aventura empezó hace un par de meses cuando me pongo en contacto con una señora que había puesto en venta un Belén de Ortigas (Imagen 01). Realmente el Belén que vengo años atrás buscando porque el componente afectivo juega un papel importante. Es el nacimiento que he visto en mi casa desde hace cuarenta años, donde cada Nochebuena, antes de cenar, hacíamos nacer al niño. 

El nacimeinto en cuestión se vendía desde tierras levantinas, pero por lo visto había sido ya enviado a un señor del centro de la Penísula... por un momento, pensé que ya no iba a ser posible... pero si lo fue. El belén había sido 2bandonado en las dependencias de la empresa de mensajería y se disponían a devolverlo al Levante español. La señora, muy amablemente, en vez de recibirlo en su origen, decidió mandarmelo a mi directamente, al sur de la Penísula, a tierras jerezanas. Pero cual fue nuestra sorpresa que el envio por arte de magia en vez de llegar a Jerez, llega de nuevo a Castellón y con la malísima suerte que San José se había destrozado con tantas idas y venidas (Imagen 2). De nuevo mi burbuja de ilusión y nostalgia se explotó y vi de nuevo la imposibilidad de tener el misterio que siempre quise tener. 

Pero la santa paciencia y el espíritu aventurero me hicieron negociar de nuevo con la señora levantina para adquirirlo, obvio está, por un precio más reducido... así que casi un mes después llegó el nacimiento completo a Jerez de la Frontera.

Entre tanto, para animar la espera encontré a un joven que haciendo migas por otros temas del que tenemos interés y pasión, le ofrecí la posibilidad de restaurar el San José. (No revelo su nombre porque me ha pedido encarecidamente estar en el anonimato). Y así fue, no se por qué, pero confié una figura de tan preciado valor simbólico, sentimental e histórico a alguien que de segiro sabía que lo iba a hacer de maravilla. Es conocedor de la técnica, concedor de los entresijos de las figuras, conocedor de la obra y la producción del artista murciano que nos compete en este hilo.

Así que a continuación os mando unas cuantas imágenes del proceso de restauración, de cómo me encontré a San José y de cómo está ahora.

Espero que disfrutéis con esta labor tan artesanal. Ha sido un auténtico placer trabajar con este restaurador, un placer haber disfrutado de un reto muy ambicioso y a la vez difícil... ha habido que meterse en las entrañas de la figura, incluso retroceder en el tiempo para utilziar los pigmentos, las técnicas que se usaban en el taller de Ortigas, para hacer que San José volviera a recobrar vida en el instante de quien lo modeló hace más de 40 años.

Gracias al restaurador... 

 

 

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Obra de arte, tanto por la pieza como la restauración

Ha quedado perfecta, muy profesional, Enhorabuena!

Gran trabajo y resultado!!! Me alegro mucho de que finalmente puedas volver a disfrutar de un Belén con tanto valor y recuerdos para vuestra familia.

Buenos días:

Por fín, después de varias semanas, vuelven a estar juntos. San José vuelve a mirar tiernamente a María, que nos señala con su mano el verdadero sentido de la Navidad: el Niño Dios. Un juego de mirardas y diagonales que se tornan catequesis plástica... después d eun largo proceso de soñar, buscar, comprar, viajar y restaurar,  la obra de arte vuelve a cumplir la función para la que fue creada, para recrear en nosotros la ternura del Nacimiento del Hijo de Dios.

Ya queda menos para Navidad... aunque decía un religioso que conocí que "siempre sea Navidad"... 

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Muy bonito, sobre todo por remarcar el sentido de la Navidad