Dos de febrero.
Feliz Día de la Virgen de Candelaria, en el que por tradición los Belenistas desmontamos el Portal de Belén de la pasada Navidad.
La Virgen de Candelaria es una imagen de devoción mariana que tiene su origen en Tenerife, donde en las playas de la localidad de Güímar se apareció a sus pobladores del Pueblo guanche en el siglo XV, que inicialmente la adoraron en la cueva de Chingüaro adonde la llevaron.
Para posteriormente y por considerarlo un lugar más seguro ante los ataques piratas de la época, trasladarla a la también cueva de San Blas a unos cinco kilómetros de distancia, en lo que hoy es el municipio que ha tomado el nombre de la Virgen, donde la encontraron los españoles que casi por ésos mismos tiempos conquistaron Canarias para la corona de Castilla y que en 1526 le construyeron un santuario junto a la citada San Blas.
Pero un fuerte temporal que se produjo el año 1826, inundó el lugar penetrando el agua hasta el altar donde estaba que la arrastró desapareciendo para siempre en el cercano mar, a pesar de la intensa búsqueda que se realizó posteriormente por todas las costas del Archipiélago y que desgraciadamente resultó inútil.
Fue entonces cuando se le pidió al imaginero de La Orotava, Fernando Estévez, la creación de una nueva Virgen, que éste realizó a lo largo de dos años en fina y obscura madera de ébano y que es la que conocemos hoy como La Morenita.
Sin embargo, es desconocido para muchas personas y que la Iglesia oficial casi oculta, que en la villa de Adeje situada a unos cincuenta kilómetros del valle de Güímar, hay una imagen de la Virgen de Candelaria, de la que existe la absoluta certeza de que es una copia exacta de la que se llevó el mar y que fue hecha por encargo de los Marqueses de Adeje para su parroquia, que se negaron a prestarla tras la desgracia mientras se hacía la nueva, siendo colocado en su lugar un cuadro.
La ves en la segunda foto bajo la actual de un óleo que tenemos en nuestra Colección, casi desapercibida hoy en un lateral del templo adejero de Santa Úrsula. Es una talla en madera clara, muy sencilla y sin grandes filigranas ni pretensiones, casi aniñada, rubia y de perfil nórdico: La Virgen que encontraron los no menos misteriosos guanches, de los que la tradición popular dice que en su mayoría igualmente eran rubios.
Presenta una serie de inscripciones sobre su cuerpo que también tenía la original y que hasta la fecha no han podido ser descifradas ni explicadas, pese a que diversos expertos en estos asuntos -tanto nacionales como extranjeros- lo han intentado.
La Virgen de Candelaria es la patrona de Canarias y también una gran devoción en diversos lugares del mundo pero especialmente de América.
http://www.museobelenistaestevez.es
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