El belenismo tal como lo practicamos nosotros es un arte muy joven, muy poco más de 150 años. El fundador de la saga Castells, Martí Castells Martí, nació en 1873 y murió en 1937, lo que acredita la solera del taller, de más de cien años. Creo que si se tuviera que elegir solamente un artesano (o familia de artesanos) como representante del figurismo belenista, obligatoriamente tendríamos que coger a los Castells, por antigüedad, por calidad y por difusión de su trabajo.
Martí Castells Martí, hijo, nació en 1915 y falleció en 1995. Para mí es el máximo escultor pesebrista español en su producción "de palillo", no tan solo por la calidad extraordinaria de sus figuras como por la cantidad de su producción y, en especial, porque estaban concebidas exclusivamente para su uso en los belenes, sin ningún tipo de veleidad "artística". Aquí no es el lugar para exponer su obra, puesto que lo que debemos tratar es sobre artesanos actuales y figuras que sea posible adquirir, y las de palillo de Martí Castells no están a la venta comercialmente (por motivos obvios). Solamente añadir que obras de Martí hay en casi todas las Asociaciones Belenistas de una cierta antigüedad y solera. En los sótanos del Monasterio de Pedralbes hay una exposición permanente de dioramas de la vida de Jesús con casi todas las figuras realizadas por Martí Castells.
Los Castells son conocidos y populares por su producción de figuras de terracota de molde que, como ya he explicado, llevan casi cien años en el mercado. Sus figuras hebreas son el modelo para todo el belenismo español y han sido la fuente de inspiración de todos los figuristas contemporáneos y posteriores.
Si quieres empezar en el coleccionismo, o iniciar un belén de calidad, Castells es la elección más segura. Sus figuras son bellas, sólidas, coherentes y de gran tradición. Sus plazos de entrega son estrictos y los cumplen a rajatabla: admiten pedidos hasta el 25 de enero de cada año y la entrega se realiza en... ¿octubre? La ejecución no tiene sorpresas: cada figura es idéntica a la del catálogo (con pequeñas variaciones en la postura) y la calidad es siempre uniforme. Los precios son razonables y añadiendo algo más realizan un pintado especial de las figuras, con veladuras.
Venden a minoristas y sus figuras pueden encontrarse en algunas tiendas, lo que pasa con pocos figuristas catalanes; no tienen parada propia en Santa Llúcia, pero Asunció las vende, así como, en temporada, en la tienda de artículos religiosos de los "Jardinets" del Paseo de Gracia, al lado del cine Casablanca.
Otro atractivo es que tienen también calvarios y figuras de la Pasión.
¿Problemas? El fundamental es que es un negocio con plazo de caducidad. Cuando los actuales Castells (Joan y Martí Castells Badía) se jubilen o fallezcan, el taller desaparecerá. La suerte es que todavía son relativamente jóvenes; sin embargo, no hay ningún tipo de innovación. No se crean nuevas figuras y se limitan a utilizar los viejos moldes, que parecen dar señales de cansancio. Todo ello da una cierta impresión en su producción de "dejà vu", de cansancio, aunque la verdad es que muchas obras suyas (el belén de Murillo, los Reyes Magos, misterios y pastores) son todavía impresionantes, y el conjunto de sus figuras es, simplemente, bello.