El diorama no es más ni menos que una técnica de representación con la perspectiva forzada, que produce un especial efecto de profundidad y realismo. Eso obliga a determinados trucos de construcción que producen efectos ópticos, como por ejemplo que vayan cerrados y que exista una "embocadura" que obliga a mirar desde un determinado punto de vista y no otro, dado que entonces ya no se consigue el efecto deseado.
El diorama puede versar sobre cualquier tema, religioso o profano, pero solamente es adecuado para representar una escena, como puede ser una anunciación, adoración, etc. Para explicar toda una historia, necesitarás varios dioramas, o como hacen en muchos "belenes monumentales" catalanes, que se vayan cambiando los decorados y los personajes mediante sistemas escenográficos (aunque en realidad, cambian el diorama dentro de un mismo cajón)
El diorama aplicado al pesebrismo es una idea de los belenistas catalanes de mediados del siglo XIX y en su momento los convirtió en los más admirados y copiados, puesto que utilizaron una técnica revolucionaria y entonces muy moderna. Es debido a ello que casi todos los belenes catalanes con pretensiones artísticas se hacen mediante el sistema del diorama. El diorama conlleva también una cierta economía expresiva, plasmada en que normalmente hay muy pocas figuras, a veces menos incluso de las indispensables.
A mí me el diorama me gusta muchísimo, puesto que los pesebristas catalanes hacen obras maravillosas, pero me parece que ahora ha quedado anticuado, en especial por la embocadura y la imposición de un punto de vista único, que es lo contrario a la visión actual del mundo y el arte, que exige un punto de vista múltiple y personal: de la misma manera que el medio es el mensaje, el punto de vista que eliges tú para ver una obra artística (como en este caso, un belén) es el elemento fundamental de la creación; en definitiva, lo que te transmite la obra no es lo que te indica el artista, sino lo que tú percibes. El diorama es demasiado rígido y se ha vuelto terriblemente convencional.
Yo por tanto prefiero los belenes tradicionales o "populares" (se conocen así en Catalnya) con un montón de escenas juntas, muchas casas, muchos personajes y una cierta confusión histórica y estilística. Son mucho más creativos e interesantes.