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Hola
Pues una ideal genial lo de los cursos ,se aprende ,te conoces ,y a comer ,que mas se puede pedir .
Esta idea me parece muy exportable a los demás encuentros .
Que felices se os ve .
Saludos
Da gusto veros asi de felices y satisfechos despues de un trabajo bien hecho,...bueno y de una opipara comida. Que pena no haber podido acompañaros, a ver si otra vez hay posibilidad de coincidir.
David se te ve muy orgulloso de tus enseñanzas y no es para menos (¡ menudas hogueras realizas !), eso si, ponte la bata que, como te manches, tu "santa" te va a echar la bronca...
Un saludo a todos.
Da gusto veros asi de felices y satisfechos despues de un trabajo bien hecho,...bueno y de una opipara comida. Que pena no haber podido acompañaros, a ver si otra vez hay posibilidad de coincidir.
David se te ve muy orgulloso de tus enseñanzas y no es para menos (¡ menudas hogueras realizas !), eso si, ponte la bata que, como te manches, tu "santa" te va a echar la bronca...
Un saludo a todos.
La verdad es que pasamos un día estupendo en todos los sentidos, reencontrándonos con viejos amigos, conociendo a otros en persona, aprendiendo nuevas técnicas y nuevos materiales, comiendo, riendo, etc.
Además, el amigo Aguador, que también es un "crack" organizando cosas, nos prepara siempre de forma paralela al cursillo una visita cultural para conocer algo de Fuente Álamo, en esta ocasión el Museo del Agua, cuya historia está relacionada de alguna forma con su familia.
Lo que me llamó mucho la atención era la humildad con la que los maestros (y había varios, eh) ponían interés en aprender cosas nuevas, con la misma ilusión que los que éramos realmente aprendices; sobre todo me sorprendió el inusitado empeño del maestro J.David en saber todos los secretos de como se hacían las palmeras, por qué sería eso?
La verdad es que pasamos un día estupendo en todos los sentidos, reencontrándonos con viejos amigos, conociendo a otros en persona, aprendiendo nuevas técnicas y nuevos materiales, comiendo, riendo, etc.
Además, el amigo Aguador, que también es un "crack" organizando cosas, nos prepara siempre de forma paralela al cursillo una visita cultural para conocer algo de Fuente Álamo, en esta ocasión el Museo del Agua, cuya historia está relacionada de alguna forma con su familia.
Lo que me llamó mucho la atención era la humildad con la que los maestros (y había varios, eh) ponían interés en aprender cosas nuevas, con la misma ilusión que los que éramos realmente aprendices; sobre todo me sorprendió el inusitado empeño del maestro J.David en saber todos los secretos de como se hacían las palmeras, por qué sería eso?
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