La verdad es que, en cierto modo, viendo las figuras que está haciendo Joan me siento un poco padre putativo, como San José, pq una gran parte son para mí (y lo que voy a presumir), unas encargadas expresamente y otras por sugerencia de Joan, y además las he visto crecer: esbozadas en el barro, acabadas de esculpir, secándose, después de cocerse.....
Joan es más que un artesano... es un ARTISTA... y no solamente de las figuras, los belenes, o lo que sea, sino de la amistad, y de la vida... no sé si es mejor tener las figuras que hace o escaparse un rato a su taller para que te explique cosas (sobre belenes, dioramas, costumbres antiguas, sistemas de cosecha, folklore o cotilleos de hace cien años de Vilanova o de Tortosa, sabe de todo) es uno de esos personajes "más grandes que la vida" y no me refiero solamente a lo grandullón que es....
Siempre me dice que él no es un "figuraire", sino un belenista que hace figuras, y que confecciona sus figuras pensando en el cuadro en el que estarán algún día... y me avergüenza que yo las encerraré en una vitrina y que pocas veces estarán en un paisaje que se las merezca...
La verdad es que Joan a veces se ríe de mi pasión por las figuras y los belenes "heterodoxos", como por ejemplo los de Josep Traité, pero él tampoco es realista, sino impresionista, o expresionista.... sus figuras son sencillamente maravillosas. Obviamente, no tienen un acabado perfecto, como por ejemplo las que nos han enseñado de Raposo... pero ésa no es la intención. Joan ya me explicó que podría pulirlas mucho más, pero que busca precisamente que se note la mano del artista, como la pincelada del pintor impresionista, y que se vea que son figuras que no han sido hechas con molde... realmente, nunca podrás dudar que cada una de las figuras de Joan son únicas.
Joan es impresionista, pero también es expresionista. Cada figura la hace pensando el efecto que ha de producir en el espectador, reforzando los rasgos que le interesan. Las figuras tienen historia y una narración: es muy interesante verle explicar la situación psicológica de cada una de las embarazadas de la visitación; el marinero es ante todo un trabajador del mar, todo fuerza, grandes manos, el remo en primer plano.....
Y por supuesto, la situación temporal y espacial de las figuras... como un buen santonnier, sus figuras se mueven en un ambiente cercano, algo idealizado, pero también cotidiano... y con un punto perversamente ingénuo (mirad esos dos maravillosos grupos de embarazadas o la mirada vagamente lúbrica de sus silvanos) Evidentemente es un mundo más sencillo, y por eso debe ser un tiempo pasado, pero podría ser el de nuestros padres, nuestros abuelos o, por qué no, nuestra infancia, ese territorio intemporal, ingénuo, perverso y sencillo, donde el belén era un acontecimiento. Pero el capazo de la Virgen María es el de una chica actual cualquiera, encontrándose con su prima en la puerta del mercado....
Estas figuras son una maravilla, y nadie las hace así, son únicas: muy estudiadas (las proporciones, la actitud, la historia que narran), pero muy sencillas, repletas de fuerza y elegantes, bellas sin buscar ser bonitas, ingénuas pero maliciosas, intemporales pero actuales... en definitiva, perfectas para buscar "nuevas vías" en el pesebrismo... no me extraña que Enric Benavent, que es un gran explorador, insistiera a Joan que empezara a hacer figuras, es la mejor aportación al pesebrismo catalán que podríamos tener.
Gracias, Joan, amigo.