El problema resulta mucho más complejo de lo que parece.
Cuando un diorama está bien construido, y con ello me refiero a que se ha trabajado en él correctamente la perspectiva forzada, su contemplación es óptima cuando los ojos del espectador se encuentran a la misma altura que los ojos de las figuras que aparecen en primer término del diorama. Obviamente, no todas las personas tenemos la misma estatura ni los ojos a la misma altura, ni todos los dioramas se construyen a la misma escala ni con figuras del mismo tamaño. Por tanto, habría que fijar una altura diferente para cada diorama y para cada espectador. Como eso es prácticamente imposible (no imagino yo una exposición con un diorama sobre una plataforma que se eleve automáticamente según la altura de los ojos del visitante) hay que fijar una medida de exposición “estándar”.
Personalmente, considero que una buena altura para la contemplación de los dioramas por adultos, en general, es 1’20 m., altura con la que evitamos tener que agacharnos demasiado y adquirir posturas extremadamente incómodas para contemplar una verdadera obra de arte como es un buen diorama. El problema de los niños o personas de estatura más baja se resuelve colocando delante de ellos una tarima a dos alturas (a modo de escalera con dos peldaños) que permita ganar entre 20 y 40 cm., aproximadamente, para la contemplación del diorama y acercarse más a él cuanta menor sea la estatura. El problema surge, efectivamente, con las sillas de ruedas ya que este sistema en escalón no está adaptado para ellos. Tal vez la solución sería disponer de una pequeña plataforma con rampa que pudiera superponerse a los escalones fijos y que se adaptaría, momentáneamente, en el caso de visitas con esas características.
Respecto a los belenes, esa ya es otra cuestión puesto que hay belenes para todos los gustos y con todo tipo de planteamientos. Si el belén se ha de contemplar únicamente de frente, como los dioramas, la solución sería la misma que para estos. En el resto de los casos...hay que adaptarse. En mi caso en concreto, que instalo un belén en un colegio de educación infantil y primaria (niños y niñas de 3 a 12 años) lógicamente, el belén está más que pensado para ellos. Teniendo en cuenta que se monta con figuras de gran tamaño (60 cm.) el belén arranca desde el suelo y no elevo la escena principal más de 40 o 60 cm., dependiendo de la distancia a la que la ponga. De esa forma el belén es visible para todos, independientemente de la edad y de la estatura.
Evidentemente todo esto es una mera opinión, por supuesto, discutible.
P.D. Perdón por el rollo.