Las figuras de Ignacio de Tula tienen una gran personalidad y originalidad. Es imposible confundirlas con ningunas otras, y creo que en parte se debe a que, al ser figurista en un lugar sin tradición de figuristas, ha creado su propio estilo.
Creo que entre todos (y yo me pongo el primero) hemos creado un monstruo con las caravanas de Reyes, esos tremebundos artefactos llenos de figuras, camellos, elefantes, tigres y pajes y carísimos, que parece que han de ser la "reválida" para consagrar a los figuristas. Es cierto que son espectaculares, es cierto que los artistas se lucen, es cierto que quedan de maravilla en belenes y vitrinas... pero no han de ser considerados "piedra de toque".
Lo mejor de comprar figuras es tratar con los artistas, un privilegio que se da en pocas colecciones o actividades: a ver quién es el Sr. Mattel de los que coleccionan Barbies o por dónde para el Sr. Rolex, o el Sr. Marklin... en cambio los artesanos los tenemos al alcance de una llamada de teléfono y un paseo más o menos largo, y todavía no he encontrado un taller en el que los autores no te reciban con los brazos abiertos y con muchas ganas de explicar su trabajo y conocer las opiniones del público (a esto ántes se le llamaba "feedback")
Uno de los lugares donde mejor me han recibido es en el taller de Tula (sobre todo, pedid que os presenten a Tula, la pelirroja más guapa que he visto en mi vida) Ignacio y Ana te hacen una gran acogida y te explican todo el funcionamiento del taller. Allí puedes ver muchas figuras y muchas obras, y no todas ellas son de tema belenístico, y allí ves lo gran escultor que es Ignacio, si todavía no te has enganchado con sus obras. Y claro que lo demuestra en sus camellos y sus elefantes, pero me gusta más verlo en sus pruebas en barro, en sus campesinas aragonesas y en sus mozos de sanfermín apenas esbozados, repletos de la velocidad que dan la calle de la estafeta y el kalimotxo.
Subid a Pamplona, visitad la Asociación, su colección de figuras (preciosa) y sus dioramas, y luego, después de un par de pinchos de chistorra y unas buenas copas de vino, id a visitar el taller de Tula. Garantizo un día magnífico, yo diría que Mola....