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Sobre Herodes y su crueldad, me remito al historiador judio Flavio Josefo, hay otros historiadores romanos que lo corroboran, la expresión "tonto del c..." está dentro del contexto, o lo es el historiador, que está hablando de lo que no ha investigado, o lo es el periodista-periodico que no lo ha entendido. Está claro que la afirmación de que "Herodes no pudo matar a los inocentes por que murió el año cuatro A.d. C." no se puede hacer en el estado actual de las distintas ciencias. Lo mismo que la afirmación de que Herodes no fué tan cruel, tampoco se puede mantener sin demostrar que lo escrito en historiadores contemporaneos es falso.
Además, como yo soy electricista y no arqueologo ni historiador, me permito la licencia de valorar las informaciones de los que se titulan como tales o como periodistas, echando mano del lenguaje de la calle. Cuando trato con mis amigos belenistas, procuro ser más amable. Todo esto dicho en tono de buen humor.
Me había resistido hasta este momento a decir nada sobre esa prisa que a algunos les ha entrado en poner en duda todo lo que venga de la Biblia, sea nuevo a viejo testamento. No me resisto, sin embargo a dar paso a voz más autorizada:
«Joseph Ratzinger no busca ir “contra”, sino “más allá”»La Razón / Vittorio Messori
Desde las primeras líneas del prólogo de su «Jesús de Nazaret», Joseph Ratzinger (como prefiere que se le llame, porque en este caso escribe como estudioso a nivel privado), explica por qué, con una especie de urgencia, ha dedicado a su libro «cada momento libre» incluso tras la «elección a la sede episcopal de Roma». Y explica por qué («no sabiendo cuánto tiempo y cuántas fuerzas me serán todavía concedidas») ha decidido anticipar en forma de libro los capítulos centrales del texto, los que hablan de la vida pública del Nazareno, lanzando una reflexión sobre «los evangelios de la infancia» y el «misterio pascual», es decir, los relatos de su pasión, muerte y resurrección.
Efectivamente Manuel, fue un monje romano , matemático, llamado Dionisio el Exiguo , que basándose en fuentes históricas y en la Biblia entre los años 526 y 530 , había fechado el nacimiento de Jesús el día 25 de diciembre del año 754 auC ( ab urbe condita o año de la fundación de Roma), pasando a ser el año 1 a.D ( anno Dommine o año del Señor). Cometiendo un error que se calcula entre 5 y 9 años menos. De ahí que no coincida.
Lo que verdaderamente me extraña es que este tema no lo sepa el geólogo y profesor, pues dice muy poco a su favor, ya que sin experto en historia no creo que pueda ir muy lejos en la geología.
Mas razonable es que no lo sepa el periodista, que no se ha documentado antes de la conferencia ni después de ella. También puede ser que, este periodista, solo haga referencia a lo que allí se dijo, sin entrar en nada más.
Pero repito, lo que me extraña y mucho, que esta persona que se denomina profesor no lo supiera y que nadie de los asistentes se lo dijera. Como diría mi padre: “ ¡¡Que atrevida es la ignorancia!! “
En cuanto a Herodes intentare poneros un resumen este fin de semana, si tengo tiempo, pues ahora estoy un poco cogido
Bueno, lo prometido es deuda. Así que aquí os pongo un resumen, muy comprimido sobre Herodes El Grande
Me parece absolutamente gratuito el negar cualquier valor histórico a los evangelios de la infancia, del evangelio se consrvan muchísimos más ejemplares manuscritos -recientemente colgué una noticia sobre uno del año 175- que de cualquier otro escrito de la antigüedad. Sin embargo, a pesar de no haber prácticamente discordancia entre los manuscritos, siempre se duda del evangelio y no de las otras fuentes, más fragmentadas, escasas y tardías. Un poco de imparcialidad no vendría nada mal, tambien en esto. Si la Terrible Iglesia Católica y los Malvados Cristianos, en vez de tratar la Escritura con el respeto con el que la ha tratado, sin miedo a enfrentarse a cualquier posible descubrimiento de textos más antiguos, se hubiera empeñado en hacer unos "arreglillos" a su gusto, la primera tarea emprendida, me parece a mí, hubiera sido eliminar las discordancias, añadir en Juan la institución de la Eucaristía, por ejemplo, en Lucas poner un poquito de "magos". Marcos nos quedó un poco descafeinado en esto de la Infancia de Jesús. Y todos ellos un poco sosotes y secos. Pongamos más angelotes, mas parteras, san Joaquín, santa Ana; que Isabel le devuelva la visita, ¡qué menos!. Vamos, nos dejan a todos los belenistas sin trabajo. Otro día explicaré, desde el sentido común, que me parece que aún me queda un poco, mi teoría sobre el análisis de los textos y la crítica escriturística. La cosa tiene sus textéculos. Con perdón y con humor.
Carlos, estoy de acuerdo con todo lo que se dice, por lo menos es la historia que conozco como tal de Herodes “El grande”
Pedro, creo que nadie ha quitado el valor histórico que tienen los Evangelios, pero hay que partir de una base, que mientras historiadores como Claudio Josefo (judío), nos relatan la historia de lo que ocurrió en tiempos de Jesús y después de Él, los Evangelios (me refiero a los canónicos, claro), solo nos cuentan lo que Jesús predico, esto es, su doctrina, por lo que como es natural no entran en mucho detalle histórico ( hay partes que están sintetizadas al no tener gran importancia para la evangelización). Esto hace que en ocasiones no hay acuerdo dentro de los distintos evangelistas (por ejemplo en la resurrección, diferente narración en cada uno). La lastima es que no exista una bibliografía histórica ajena a la Iglesia, de Jesús, para poder ver desde otro punto de vista diferente, pero claro, eso es como pedir que hubiera una historia de cualquier marginado de hoy día. Bastante logro es que nombre ,Claudio Josefo, aunque sea de pasada, a Jesús.
En cuanto si la matanza de los inocentes fue como dice los evangelios o no. Pues no lo sé, yo solo me he remitido a que Claudio Josefo no hace mención, tal vez como dice Carlos, al ser un pueblo pequeñísimo, los muertos fueran pocos y no trascendiera al resto de los judíos, aunque me extraña, ya que Belén dista unos 8 o 9 Km.de Jerusalén, lo que quiere decir, que mas tarde o temprano esta noticia debió de llegar a la ciudad y se recordaría como otra correría más de Herodes. También es posible que con el tiempo se olvidara al ser pocos los muertos y por eso no llegara a los oídos de Claudio Josefo y no lo registrase. En una palabra, que todo son conjeturas y que después de tantísimos años no creo que ya tenga una aclaración exacta.
Si estoy de acuerdo contigo en que h asta hace algún siglo, no se mostraba entre la gente el sentido crítico. Se tomaba por históricamente ocurrido todo lo que era referido. En los últimos dos o tres siglos nació el sentido histórico por el cual, antes de creer en un hecho del pasado, se somete a un atento examen crítico para comprobar su veracidad. Esta exigencia ha sido aplicada también a los Evangelios.
Un saludo a los dos
Grabiel Ángel, no entiendo bien que es lo que preguntas, posiblemente sea el problema que hay entre razón y fe, si es así, creo que se trata de un problema ya muy antiguo ya que desde la aparición del cristianismo en el "mundo helénico” surgió el problema de las relaciones entre la fe y la razón o entre la religión y la filosofía (el responder el ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué?, etc...) como quieras decir.
Pues bien para responder a esto debemos irnos a Santo Tomas de Aquino.
Dicho problema llega en Sto. Tomás a su punto culminante y, para muchos, a su solución. La distinción filosofía / teología descansa en la separación entre orden natural y sobrenatural. Son dos órdenes distintos, pero no opuestos ni contradictorios sino complementarios. La
razón y la fe tienen objetos, métodos y criterios distintos, y cada una en su propio campo es autónoma y autosuficiente
El
orden de conocimiento natural
procede de la razón humana, da lugar la filosofía y posee leyes y métodos propios, con valor demostrativo.
Por su parte el
orden sobrenatural
procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro por naturaleza (“creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”); algunas de sus verdades están al alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. De esta forma, Sto. Tomás rechazará la teoría averroísta de la doble verdad.
El hombre es capaz con su razón natural, aunque con dificultad y trabajo a veces, de descubrir y demostrar las verdades naturales. Dios puede revelar al hombre verdades que la razón humana nunca podría alcanzar, y verdades que, aunque el hombre pudiera naturalmente alcanzar, debe creer aún antes de ser demostradas por la razón.
Por otro lado no puede haber contradicción entre razón y fe
.
Dios es autor y origen de toda verdad, tanto de la verdad natural como de la, sobrenatural, El mismo Dios, que ha dado al hombre su razón, es el que le ha revelado además algunas verdades. Y Dios no puede contradecirse a sí mismo, se opone a ello su sabiduría y su bondad infinitas
Por lo tanto, cuando se presente una aparente contradicción entre una proposición científica o filosófica y otra proposición de fe, una de dos o la proposición que se presenta como revelada no lo es, en realidad, sino que es sólo una conclusión teológica ilegítima o una opinión común, o lo que se tiene como proposición científica no es verdad, sino una simple hipótesis o proposición probable.
La
razón ayuda a la fe
:
1º
Demostrando
lo que se ha llamado
preambula fidei
(preámbulos de la fe), es decir, aquellas verdades que son necesarias, para el hecho de la revelación. Para que cada uno de nosotros pueda y deba creer lo que Dios ha revelado, es preciso que Dios exista, que Dios haya revelado algo y que lo que Dios ha revelado haya llegado hasta nosotros intacto y sin corrupción. Y estas verdades no pueden justificarse exclusivamente por la fe, pues equivaldría a caer en un círculo
vicioso, sino que, por ser condición previa a la fe, pueden ser demostradas por la luz natural de la razón.
2º
Ilustrando
con razonamientos aquellas verdades reveladas que, son al mismo tiempo verdades asequibles a la razón humana, defendiéndolas
contra los que no admiten la revelación divina, y rebatiendo los argumentos que presentan en contra. Asimismo, reduciendo a unidad sistemática
ordenada el conjunto de verdades reveladas.
3º Respecto de
las verdades que
exceden la capacidad de la razón
como son los misterios, hacer ver que, si no son inteligibles, son al menos creíbles en cuanto no encierran ningún absurdo ni contradicción.
Es decir, la razón tiene derecho a imponer su propia ley fundamental, `que es el principio de contradicción a los mismos misterios revelados, para que puedan ser creídos.
Estas tres ayudas son las que hacen posible la teología sobrenatural como verdadera y auténtica ciencia.
La fe
ayuda a la razón:
1º
Adelantándose
a ella, en la mayor parte de las mentalidades cristianas, para la segura posesión de urgentes verdades que son necesarias para orientar la vida humana en sus propios fines; tales son la libertad, `la inmortalidad del alma, la existencia del orden moral, etc. Aunque el hombre sea capaz de llegar por su entendimiento a esas verdades, lo consigue después de muchos años de estudio y esfuerzo
l
estudio y esfuerzo que muchos hombres no pueden realizar por tener que preocuparse del mantenimiento de su vida y de los suyos, por falta de preparación intelectual, etc. Dios ha querido en su misericordia acortar, facilitar y ensanchar el camino de esas verdades, proponiéndolas a la fe de los que no pueden investigar
2º
Confirmar
con la autoridad divina esas mismas verdades paró de purarlas
de erróneas concomitancias,
y
asegurarla
s
cuando el hombre vacile ante la acometida de las pasiones o la sugestión de los intereses.
3.º
Servir
de
criterio extrínseco
,
cuando la razón del creyente yerra. Es decir, en el caso de que el científico o el filósofo llegue en sus razonamientos
\
a una conclusión evidentemente incompatible con una verdad ciertamente revelada, la conclusión dicha será falsa, puesto que es inadmisible la teoría de la doble verdad. Entonces la verdad de fe es sólo tomada como criterio extrínseco para hacerle volver sobre sus pasos, reflexionando críticamente sobre las razones aducidas. La fe no es la que da el impulso para andar a la razón, pero tiene la virtud de oponerse a su extravío.
Como hemos visto entre las dos esferas de conocimiento cabe la colaboración: la revelación puede servir a la razón como orientadora (para preservarla de errores y para indicarle el término a que debe llegar). Por su parte, la razón puede servir a la fe para aclarar, explicar y defender los misterios de la revelación.
Esta colaboración da por resultado la
teología
. Algunas creencias nunca podrán ser demostradas por la razón (por ejemplo la trinidad y la eucaristía.) y otras sí, como los
preámbulos de la fe
(la existencia de Dios y la inmortalidad del alma, p. ej.). Pero a pesar de ese solapamiento que se produce en algunos puntos entre la teología y la filosofía (existencia de Dios, por ejemplo), creerá Sto. Tomás en la necesidad de la fe pues no todo hombre puede llegar a la verdad por la razón, bien por falta de tiempo, bien por falta de capacidad; además, la fe debe guiar a la razón para evitar el error.
Habrá que distinguir pues dos tipos de teologías:
La teología racional o natural
: su objeto es Dios y llega a él desde una perspectiva puramente racional; se llama natural por tener su fundamento en las capacidades que dependen de la naturaleza humana: las facultades intelectuales.
La teología sobrenatural : su fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también de la razón para conseguir un orden científico y como arma dialéctica.
Sinto haberme metido en filosofia, pero creo que no hay otra forma de orientarlo
Por otro lado decir, que nos estamos saliendo ultimamente del tema, que era: Herodes
Brujita, me ha gustado lo que has publicado, pero tengo una duda y es ¿quien lo ha escrito Azucena o ha sido Carlos?.
Un saludo
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