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Lo es, amigo Vicent... bien visto...
El anacronismo en un Belén está contemplado y aceptado en muchas de sus manifestaciones y formas... Sabemos que el Belén es algo más que una instantánea histórica de lo que pasó en el momento que Dios decidió nacer, es más, sería imposible... A lo largo de la historia, la cultura y la tradición hemos hecho que los belenes de nuestros hogares sean ese espejo social, afectivo y cultural... lleno de apegos y pequeños guiños que hacen que la escena sea cada vez más cercana y hogareña, una escena que emociona y vincula con la historia del que la crea y del que la contempla... La Historia de Salvación se manifiesta en nuestra propia historia, en mi propia historia y Dios nace en los espacios que acontecen el día a día del belenista...
Es una reproducción en miniatura del Apóstol Santiago, del Maestro Mateo, del Pórtico de la Gloria... Santiago forma parte de la historia personal de Malkior, así que este año, después de visitarla de nuevo, recorrer sus calles y su espíritu, quise traer al Belén Malkior 2024 un par de detalles [porque hay otro] que narrasen mi propia historia personal, fusionar en este espacio, haciendo que nuestra propia historia sea también parte de la Historia de Salvación... y he ahí que el pórtico de la cueva de Belén sea también Pórtico de la Gloria...
Bien sabes que soy de pocas palabras, casi todo lo voy rumiando en mi interior, lo que acontece va mucho más allá de lo que mis labios pueden decir, es que, no se si sabes Silvano, que lo que está pasando es inefable, si lo nombro, puede que mis palabras achiquen su grandeza… los perretxikos son de la herriko denda … los traen de los bosques, y los sirve esa buena señora, la de la primera caja de la izquierda… corre, que lleva el saco bien lleno… aunque a mi, este año me los ha traído la Abuela Ida, la que vive encima de ellos…
Por cierto Silvano, no te demores… el Niño está a punto de dormir, y María y José tienen sueño… llevan un día muy ajetreado…
El frío acecha la noche… el pueblo no puede (ni quiere) dormir… es un pueblo de gente sencilla, cercana a la tierra y a los seres que la habitan… cercana al trabajo diario, a lo cotidiano, a sustentar con el sudor de la frente el futuro del pueblo... El misterio de la divinidad les pilla trabajando, como todos los días. Escuchan el anuncio del ángel, quizá porque están despiertos, en vela, mientras los propietarios duermen.
Rezan, buscan abrigo, necesitan calor… seguimos necesitados de ‘gente que se tiene cuerpo en tierra cuando estamos caídos; necesitamos personas que bufen las ascuas de nuestros fuegos casi apagados y tácitos de cenizas... necesitamos que pequeñas cosas nos bufen el alma y nos hagan vibrar, arder, chispear... y volver a ser fuego que da luz y calor (¿no fue eso lo que pasó en Belén, en el pesebre?)’ [2021]
Se sienten interpelados y expanden la noticia entre amigos y familiares, de casa en casa, o de caja en caja... Como aldeanos, entienden que todo nacimiento es un milagro y una bendición. Así que acuden en masa, alentándose los unos a los otros, y ofreciendo lo poco que tienen: los frutos de su trabajo.
Esta noche… la ciudad es un canto paz por quienes enmudecen porque sienten su ausencia y su tardanza, los que sufren, perdida la paciencia, quienes callan, cautiva la esperanza.
Esta noche… es noche de paz… Y traigo en mis palabras paz, la que muchos no la alcanzan si falta de sus mesas el sustento, si olvidaron sus cuerpos los abrazos, si pueblan sus hogares los silencios.
Esta noche… es noche de paz, y anunciarla ya es canto de niño, Verbo, carne y Dios eterno, que incendia con ternuras lo apagado, que da lumbre y abrigo a tanto invierno.
Esta noche… hablo paz, villancico y misterio, que convierte una noche en Noche Santa.
Esta noche… rezo paz, miro al mundo y prometo cantar la paz para quien no la canta.
"Como la sabiduría que ha cubierto toda la tierra del pasado,como esa corona de flores rodeando la frente de una muchacha,todo aquello que esté por finalizar, tal el pájaro a quien señala una ballestasu diminuto corazón entre plumas.Todo aquello, Señor,es igual que la llegada del nuevo añocuando esperamos en esta girante plazaque asomes por esa ventana del pecho de tu hijopara decirnos que aún se vive con las manos vacíasde espaldas a tu ojo dulce, aquí en la tierra. "Miguel Fernández. Salmo del Año Nuevo. Credo de Libertad. 1958
Feliz Año Nuevo
En no pocas ocasiones cuando hablamos de nuestros Belenes y el montaje del Nacimiento en el hogar, en el espacio público, en la mesa de Nochebuena o en cualquier otro rincón, aparece ese instante de regresión y de recuerdo a la infancia… Llevamos a los niños a ver Belenes e intentamos transmitir y contagiar a los nuestros de esta tradición tan arraigada en nuestra fe y nuestra cultura, que ambas realidades [Belén e infancia] están estrechamente unidas…
Es a su vez llamativo tener presente el interés de Dios en llegar e irrumpir en nuestra realidad como un niño… como llamativo es el interés que Jesús mostró por la infancia, por los niños....
A veces, pensamos que la infancia en los Evangelios es sólo una metáfora del enorme valor de lo pequeño [que lo es], también es un ideal, un camino a seguir, una puerta de acceso al Reino.
Siento que en realidad es una referencia imprescindible del mensaje evangélico porque representa la época de la vida más permeable, más maleable y más abierta a la novedad del Espíritu y a la acción de Dios. Tanto es así que, la infancia no se ha comprendido como una etapa que concluye con la adolescencia, sino como una etapa que conviene superar. Al contrario, se concibe como un objetivo, una meta, un ideal. O, dicho de otro modo, la infancia no es solo memoria del pasado, es también luz que se proyecta hacia el futuro.
Paso los días y los años rodeado de niños y niñas en la escuela, ellos tienen un protagonismo fundamental en mi cotidianeidad… Por eso, este año, en el Belén Malkior 2024 cobran un protagonismo fundamental, y ya casi no concibo el montaje de un Belén sin ellos…
Al fin y al cabo, la llamada a descubrir la infancia espiritual entronca con uno de los pilares de la fe cristiana: la convicción de que Dios se encarna, se hace niño, para venir al mundo.
En el fondo, no deja de ser en esencia el misterio que contemplamos en Navidad, y para el que nos fuimos preparando durante el Adviento. Los niños, y de manera especial el Niño Jesús simboliza la presencia de Dios en lo pequeño, en lo frágil, en lo vulnerable. Representa la posibilidad de un nuevo inicio para el ser humano.
No se exactamente de qué año son las figuras que forman parte del Belén Malkior y su colección… ¿de los cincuenta? ¿quizás de los sesenta o setenta? ¿quién sabe? Pasan las décadas, y siguen ahí… pasan los años y siguen cumpliendo la función para la que fueron creadas y siguen cumpliendo la función para la que fueron compradas… y es que por mucho que los tiempos cambien, en el Belén siempre, junto con los niños, están los Reyes Magos… porque por mucho que los tiempos cambien y adoptemos costumbres de otros sitios, yo soy de los Reyes Magos.
Esta mañana de día cinco de enero, tengo los sentimientos a flor de piel… por un lado el corazón se mimetiza con las emociones de quien ha visto truncada la ilusión de la víspera de Reyes por la lejanía y el dolor… Por otro lado, en mi ciudad, ayer (por inclemencias del tiempo) se celebró la cabalgata de Reyes y muchas casas han amanecido ya hoy con la visita de los Reyes Magos y muchos niños y niñas ya estarán disfrutando de sus regalos… cosa que me cuesta entender. En mi casa, los zapatos los pondremos esta noche y los Reyes pasarán esta madrugada por casa… porque por mucho que los ayuntamientos cambien la cabalgata, y la lluvia impida que sea la tarde del día cinco de enero… yo soy de los Reyes Magos, de los que vienen la noche del día cinco…
Más allá de todo esto, hay algo que me fascina de estas figuras: tres personas, tres sabios… salen de sus comodidades y seguridades siguiendo una estrella. Así, sin más. Sintieron ese pálpito que alguna que otra vez nos da el corazón, cuando nos dice: “No te despistes que es por ahí, es por ahí”. Es cierto que cuando te entra esa certeza inexplicable, no te queda otra que decir “allá voy”.
En esta mañana de víspera de Reyes, me vienen a la cabeza todas aquellas personas que también salen de sus casas siguiendo una estrella, sintiendo esa fuerte sacudida que te invita a partir de tu hogar. Admiro y aplaudo a la gente que es capaz de dejar a un lado lo conocido para partir hacia lo incierto. Pero también me vienen a la memoria todos esos que, precisamente, siguiendo una estrella, se quedaron a medio camino: en el fondo del mar, a los pies de una frontera que no pudieron atravesar, alojados en un campamento de refugiados, huyendo de un campo de batalla… o tumbados en las esquinas, rendidos de todo. Ante ellos pasó también una estrella y, sin saber cómo ni por qué, la perdieron de vista.
Cuando tuve la suerte de encarnar al Rey Melchor en la Cabalgata de Reyes de la ciudad de Melilla, el discurso que Melchor hizo en el balcón de la Ciudad Autónoma, fue similar a esto: “...nosotros hemos venido más allá de las fronteras de la ciudad, y nos habéis recibido de este manera, ojalá a todos los que vengan de lejos, esta ciudad los siga acogiendo y dando cobijo… que esta ciudad siga siendo una ciudad de puertas abiertas…”
Hoy se me están yendo las palabras por multitud de caminos… quiero terminar pensando más allá de los regalos cuando llegue el tan ansiado seis de enero. Lo confieso, me costará, pues uno tiene ese puntito “mundano”. Pero no olvidaré que las estrellas aparecen en el cielo todos los días del año, y pediré a Dios que cada cual encuentre la suya y les conceda la fuerza para seguirla. Y a nosotros, que nos ayudemos a que la estrella sea encontrada por quien la busca.
Mi humilde regalo…
para ti, Jesús.
Mi día y mi trabajo…
para ti, Jesús.
Mi juego y mi descanso…
para ti, Jesús.
Mi noche y mi sueño…
para ti, Jesús.
Mi abrazo que da calor a tantos…
para ti, Jesús.
Mi mano que quiere ayudar...
para ti, Jesús.
Mi deseo de ser mejor…
para ti, Jesús.
Mi sonrisa para María y José…
para ti, Jesús.
***
Dame un corazón bueno
Con el que pueda amar como tú.
Hazme mirar con cariño,
como te miraron los magos a ti.
Ayúdame a ser humilde,
a ser servicial y amable.
¡Este es el mejor regalo que puedo esperar!
***
Como hoy no hay Cabalgata de Reyes en Jerez, tengo la tarde serena para no hacer nada y simplemente esperar que llegue la noche, esa que hay que acostarse temprano y dejar las copitas de Cardenal Mendoza para Sus Majestades, el agua para los camellos y alguna Hojaldrina Mata (Alcaudete - Jaén) para reponer fuerzas…
Al fondo se vislumbra en azul un pavo real, aunque en ocasiones se ha visto como símbolo de la vanidad, la soberbia, la fatuidad o, incluso, malevolencia [sin acritud]... quiero verlo como símbolo de la belleza, la prudencia, el amor propio… y según la iconografía medieval: el cielo, la noche, la resurrección, la Eucaristía y el mismo Jesús…
Como hoy no hay Cabalgata de Reyes en Jerez… mientras pienso en dos de los nuestros que están pasando por momentos de dolor… A veces la vida no sabe de almanaques y el devenir de la historia es cuando llega y toca cuando toca… las vuestras son dos estrellas que desde hoy brillan de una manera especial en el cielo, y llevan nombre de mujer, y silabean palabras de madre y abuela…
El terreno es agreste, de musgo y corcho, de romero y vegetación seca, de tradición y pequeños signos de identidad belenista que marcan la diferencia y hacen que el sello personalizado ponga en valor la escena…
Hoy no hay Cabalgata de Reyes en Jerez, acaba de empezar a llover, en el fondo los que mandan (y saben) tenían razón… las calles están vacías, los niños están, algunos jugando con lo nuevo y otros expectantes a mañana, los centros comerciales están apurando las últimas horas de las últimas oportunidades, atrayendo la pereza de los que lo dejan todo para última hora…
En mitad de una ciudad que empieza a mojarse y agreste, ha aparecido una estrella… porque aunque no haya Cabalgata de Reyes en Jerez, aunque mis amigos estén viviendo el dolor y la pérdida de una madre y de una abuela… aún en las noches más nubladas, donde las estrellas no pueden verse, miramos al cielo, cerramos los ojos y ubicamos las constelaciones en nuestra mente, confiando en que nuestros recuerdos no nos fallarán… Nos lanzamos como los marinos al mar, como los sabios de Oriente… porque todo nace de una confianza llena de experiencia, la que siempre nos recuerda que, sin importar el dolor, la noche o el tiempo, jamás pasaremos un viaje sin ver una estrella para dejarnos guiar en medio de la incertidumbre… Y confiando en esa estrella, lo alcanzamos…
Al fondo, se vislumbra un pavo real… mis amigos lloran la pérdida de su madre y su abuela… en Jerez, hoy no hay Cabalgata de Reyes, hay niños y niñas que ya juegan con sus regalos de Reyes… y Malkior, mientras llueve, piensa que Dios le invita a confiar en sus promesas y ver la esperanza en medio de la desolación que a veces podemos vivir.
Y me uno a lo que decía Hernán en el hilo Propuesta global del Belén de casa y trasladarlo al espacio público : «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
Quédate en quietud delante de la estrella y pregúntate: ¿Qué espero? Debemos aprender a confiar en la estrella que vive en nuestros corazones.
Silentes…siguiendo la Estrella…siguiendo la estela de los pastores…Siguiendo las promesas…guiados por la confianza…más allá de las lágrimas y el dolor…Silentes…sin hacer ruido…en medio de la noche…mientras los niños duermen…guiados por la esperanza…más allá de los castillos y la soledad…Silentes…a pesar del tiempo…la distancia…la vida…Silentes…sabios…astrónomos..magos…reyes…Silentes…a los pies…su trono un pesebre…su reino… la humanidad...
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