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**** ---> Belén Malkior - 2024 Páginas: 1 | ||
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Así que Malkior empieza a abrir las cajas [que son vitrinas] y desempolva con paciencia figuras hechuras… desempolva apuntes y cada uno de los elementos que poquito a poco van a ir construyendo esa magia de lo pequeño, la narración expectante de lo conocido con matices de nuevo…
Tablones, cables, circuitos, maderitas, bornizo, zahorra, atrezzo, símbolos con su significado y su significante, musgo danés natural, margaritas, un carro, animales, la fuente, las luces, las de veintiuno, las de diez y las de catorce, la cuchara, el bote de serrín verde, la bolsita de paja, la caja de todas las cosas recopiladas durante el año, lo nuevo, lo viejo, lo que no puede faltar, la cinta aislante, las barritas de silicona, tornillos, más maderas, troncos y tillandsias, los pinceles, las alturas, las tablillas, la cajita de alfileres, la tela faldón, las chinchetas de tapicero, más musgo del polar y sphagnum, stoebe, tatarica, leucophyta, la cajita de tillandsias secas de años anteriores, las piedras del barranquito de al lado de casa, unas cuantas viñas de la campiña jerezana, los niños`que no falten nunca en un Belén], lo de Lola Simón, lo de la feria de Alcobendas, lo de Quevedo y los Cerrada, los regalitos de Paco y Soraya (Florever), los árboles de Benamahoma, el tronco del Belén de mi infancia, un puñado de cáncamos, las cosas envueltas en papel de seda que vienen de Alfares… y todo lo que construye el palimpsesto biografemático del Belén Malkior 2024 que está a punto de llegar…
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Miguel Ángel no solo crea unos montajes con mucho mimo y buen gusto, sino que además los retrata en evocadoras y artísticas instantáneas, y para rematar los glosa con excelsa literatura. Es un belenista del renacimiento . O quizá un renacentista del belenismo , no sé 😄.
Esperando a ver más fotos (y leer más textos)... 😉
Ven a buscarme...Ven, pastor.Deja las noventa y nuevey busca la que se ha perdido.Ven hacia mí.Estoy lejos.Me amenaza la batida de los lobos.Búscame,encuéntrame,acógeme,llévame.Puedes encontrar al que buscas,tomarlo en brazosy llevarlo.Ven y llévamesobre tus huellas.Ven Tú mismo.Habrá liberación en la tierray alegría en el cielo.
Cae la noche en la ciudad... miro al cielo mientras siento el abrazo tierno del que me busca y me encuentra, el abrazo de quien da la vida en el esfuerzo diario por alcanzar mi refugio, mi seguridad y mi alimento... A menudo, cegado por los rayos de la tormenta y ensordecido por el fragor de los truenos, me desoriento y sin darme cuenta llego a parajes inhóspitos donde los lobos hambrientos pelean por los despojos de cada historia que pudo ser tanto y se quedó en nada...
Pero tú no desistes... sales a buscarme, te adentras por la tierra agreste, plantas cara a las fieras y repites con voz familiar y cercana mi nombre, para llevarme, al fin, a la vida prometida donde el presente es encuentro y el futuro eternidad.
[...mientras... vamos preparando la esperanza para renacer...]
En primer lugar quiero agradecer vuestras visitas y comentarios... Gracias Vicent por tu expectación, eso va animando a que la película, como dice Javi, este cineasta (o belenista del renacimiento, como dice Íñigo) la vaya gestando poquito a poquito, sin prisa... Luito, te he escrito por privado para ver si podemos cuadrar la posibilidad de que vengas a casa a ver el Belén... preámbulos concluidos, prosigo...
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Estamos en vísperas… en unas horas empezarán los niños y niñas del Colegio de San Ildefonso a cantar números… el soniquete de los bombos… la antesala de lo que está por llegar… las vísperas de la Navidad....
Cuando algo está por llegar –pero no sabes exactamente cuándo–. ¿Mañana? ¿Pasado? ¿Un día de estos? Me gusta pensar en aquella noche anterior al nacimiento como una de esas vísperas de lo imprevisto. Seguro que María y José sabían que el niño estaba por llegar, pero, ¿sería mañana? ¿pasado? En aquellas épocas no había partos programados.
Seguro que un pastor, en la noche, lamentaba su soledad y su tristeza, deseando que «algún día» las cosas cambiasen. Pero no terminaban de cambiar. Si él supiese que sería ya mañana… qué feliz dormiría. No hay nada peor que la soledad. La soledad corroe por dentro.
La soledad aplasta, apaga, hunde. En la soledad los peores fantasmas del pasado reviven con fuerza: todo lo malo que nos ha sucedido a lo largo de nuestra vida vuelve a nuestra memoria. Las heridas del pasado se abren mientras que los buenos recuerdos pasan a ser imágenes dolorosas. La soledad es un tumor que va pudriendo nuestra memoria. La soledad conoce la angustia y la ansiedad; juega con ellas, mezclándolas en una especie de veneno sucio y viscoso. La soledad sabe que cuanto más te hiera más difícil será escapar de ella. La soledad engancha, ciega. La soledad engaña y manipula. La soledad mata.
Y la respuesta a la soledad [muchas veces acompañada] del pastor, es la de un puñado de ángeles que anuncian la buena noticia... Un ángel es Dios preocupándose de las personas, anunciando que no nos ha dejado solos. Por eso, la misión del ángel es hacer que sea una realidad viva la cercanía de Dios con todo su misterio de amor y de gracia, de bondad y de salvación.
Ellos son los que irrumpen en la realidad y la soledad acompañada del pastor, para anunciar la Buena Noticia de que Dios no nos abandona y que es una Buena Noticia que sigue siendo real. Pero, ¿lo viviremos? ¿Oiremos su llanto? ¿Saldremos a su encuentro en el pesebre o nos quedaremos cómodamente en la ciudad? ¿Seremos de los que lo adoran o de los que lo ignoran?
Es bonito poder desear, aun sin tener claro cuándo se cumplirán las promesas. Hay también algo profundamente humano en este poder desear sin controlar el cómo y el cuándo. Y a eso le llamamos esperanza .
Desde el principio sabíamos del talento que posees para modelar la palabra, talento que, además, despliegas simultáneamente en varios hilos. Como se dice, eres un verdadero renacentista del belén.
Lo disfrutaremos por entregas. En esta ocasión, te acercas al espíritu del autor cretense: en el aire se perciben esos colores alargados, pensamientos elevados y ángeles de un Dios que llegan en Navidad, anunciando primero a los pastores que la soledad, con esperanza, se vuelve llevadera.
Que me quedé rumiando anoche eso de que
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U
n ángel es Dios preocupándose de las personas, anunciando que no nos ha dejado solos
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Cada vez que una presencia inesperada se acerca con el gesto de ternura que necesito y quizás no merezco. Cuando en la adversidad un testimonio pacífico me cautiva y me mueve a actuar igual. Cuando, a pesar de la conspiración y la mentira, soy capaz de devolver bien por mal confiando en que Dios hace su obra buena. Cada vez que se me regala el consuelo de una manera gratuita y soy capaz de acogerlo; cada vez que en la desesperanza presencio una actitud de gratuidad y amabilidad que me abre un horizonte nuevo; cuando la ayuda se me brinda así, gratuitamente, sin tiempo y sin intereses particulares…
Y es que Dios habita la realidad, toda realidad, por eso somos desafiados por la fe a descubrir su presencia en toda ella. ¿ Será que sus ángeles están ahí para ayudarnos a experimentar que Dios no nos abandona? ¿Será que, como figuritas de belén, estamos llamados a ser ángeles visibles para los demás y anunciar esta Buena Noticia?
Quizás sea hoy una víspera de esas en que podemos imaginar, anticipar, y hasta planear un poco cómo recibirle, cómo hacerle hueco en nuestra vida, cómo convertirlo, una vez más, en el Dios-con-nosotros. Sería bonito que esta sea una víspera ilusionante. Que no pase sin más. Que no la vivamos con rutina, prisas y abstraídos. Que el mañana lo empecemos a anticipar, desear y esperar ya hoy. Con la ilusión de las cosas grandes de la vida. Ojalá nos llegues pasado mañana.
Es algo repetido en muchas de nuestras conversaciones decir que la Navidad cada vez empieza antes y que pronto nos encontraremos con la caja de dulces navideños en las reuniones de inicio de curso. Lo sabemos. Y también tú sabes que poco se puede hacer para frenarlo, más allá de no adornar tu casa y quejarte de que nos estamos saltando la preparación, el Adviento… porque si, amigo belenista, hoy es lunes de la IV Semana de Adviento…
¿Cómo resistirse? ¿Cómo hemos vivido un auténtico Adviento si alrededor la fiesta, lo esperado, parece que ya ha llegado? Una buena actitud puede ser pensar que la esperanza es más que una preparación a algo que llega. Porque entonces cuando eso que esperamos llega, dejamos de vivir esperanzados. Algo de eso nos está pasando con una Navidad sin Adviento.
La esperanza, la vigilancia, es más que un paso previo. Es toda una actitud de vida, de creer que todo puede ir mejor, y, de hecho, lo irá. Es una cafeína que nos activa, no un analgésico que nos duerme hasta que llegue el momento bueno. Si vivimos la esperanza del Adviento de este modo, poco importa que las luces estén encendidas, los alfajores comidos, las panderetas templadas, los belenes montados y los regalos envueltos. Porque, aunque todo eso esté ya en nuestra mano, lo que esperamos es más grande aún, y siempre lo será.
Si nos adelantan la Navidad, no importa. Si adelantamos con nuestros Nacimientos la Navidad, no importa… En mi casa, mi mujer me dice que me paso el año entero pensando en el Belén… pero, no importa… Nosotros, los belenistas, somos artífices del Adviento… Estamos llamados a llamar a nuestra sociedad, desde los elementos de nuestra cultura y nuestra identidad, que este tiempo de espera hay que vivirlo con mimo, con esmero y con ilusión… Porque sólo nos estamos adelantando una parte de lo que está por llegar, buena, sí, pero no la mejor. Lo mejor siempre seguirá estando por llegar. Y sabemos cómo lo hará: s in ruidos, sin luces, sin deslumbramientos. Sabemos cómo lo hará: en lo pequeño, sin ruido, entre pañales, en la sencillez de un Belén… en un trocito de evangelio en nuestro hogar, en un espacio público, en un despacho… Y allí, lo reconoceremos por la sorpresa, por lo inesperado, por la grandeza de su pequeñez... Porque estaremos mirando hacia arriba y nos llegará desde abajo.
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Me veo en la obligación de editar esta entrada, porque al publicarla me he dado cuenta que es la entrada número quinientos de Malkior en el Foro... gracias a los que la leéis con cariño y solicitud... y gracias Artaban por tus palabras... me alegra saber que el Belén Malkior 2024 vaya más allá de un simple subir fotos del Belén de casa... sino que quiere ser una caricia de Dios en el corazón de cada uno para que juntos podamos vivir una feliz y santa Navidad.
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«Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el hijo del hombre vendrá cuando no lo penséis». (Mt 24,44).
El futuro no es más que el presente que pasamos pensando en lo que vamos a hacer. Esto me invita a abrazar el hoy sin pensar en el mañana, acogiendo con serenidad y disfrute ese presente.
Pero este presente nos reclama humanidad, humildad y confianza, aceptando que, aunque no siempre entendamos el porqué, Dios tiene un plan para nuestro bien. Nos enseña a soltar el control y acoger con fe lo que se nos presenta, sin revolvernos. Durante el Adviento [que hoy acaba], nos hemos preparado no sólo para el nacimiento de Jesús, sino para recibir luz, esperanza, fortaleza y sabiduría en cualquier circunstancia. Que sea Dios quien ilumine nuestros pasos, incluso si no es lo que habíamos previsto… y nos haga estar atentos a las luces que los ángeles derraman en nuestro alrededor más cercano… y veamos que Dios sigue naciendo en nuestro propio portal.
«El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaba en tierra y sombras de muerte, y una luz les brilló».
(Isaías 9, 1)
La espera se acaba… el tiempo está llegando… ¿Cuántas horas dedicadas a pensar, organizar, comprar, diseñar y cuidar cada detalle de nuestro Belén? Al fin, llega el pequeño reflejo de esperanza.
Como le pasó a los pastores y a los niños de Belén, esa noche que va a llegar, fue la noche en la que encontraron una gran luz que les iluminó el camino. Cada día tengo más claro que a muchas de estas oscuridades, la fe me ayuda. Sí, la presencia de Jesús, en Niño Dios que viene a visitarnos, se convierte en mi vida [ ¿y en la tuya? ] en un faro potente que me ayuda a reconectar con los deseos primeros, a perdonar para amar de nuevo y a reenfocar toda una vida.
La promesa de Dios está ahí escondida: entre las luces de la vida que me muestran el paso siguiente. Es curiosa la sensación de acostumbrarse a ver a oscuras. Cuando llevo un tiempo… aparece una tenue capacidad de ver… y vislumbro a los que esperan primero… vislumbro el instante de la escena que está por acontecer… y me doy cuenta que no siempre Jesús aparece entre llamativas luces, sino en lo suave y tierno de pequeños destellos que vuelven a llenar el alma de esperanza y confianza para dar un paso más… y el ángel (que es Dios diciéndome que no estoy solo) me dice:
¡Adelante, no te detengas!
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[ciertamente los caminos de Dios no son nuestros caminos]
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Aquel por quien todo fue hecho, tiembla ahora de frío y eleva unas manos diminutas buscando el calor de su Madre. Esto se escapa al entendimiento de los teólogos más brillantes, de los poderosos de este mundo, de los líderes políticos de uno y otro signo… porque ninguno de ellos buscaría a Aquel que es la plenitud de todo poder en un humilde pesebre. Dios no se impone, no avasalla ni busca doblegar la voluntad; al contrario, se presenta en la más tierna vulnerabilidad para hacer carne la Palabra.
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Hoy es Navidad
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Feliz Navidad
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