Gilda, yo creo que la fuerza que acompaña al Belén es tan fuerte emotivamente hablando (sobre todo para los creyentes) que es como contemplar a un bebé, o a una novia (el día de su boda) dificilmente puedes decir: "No me gusta" ves las diferencias con otros, tal vez si, pero todos tienen esa particular belleza que a los que nos encanta este asunto nos arroba.
Te diré algo que me pasó en la ciudad de Oaxaca, era el mes de julio y hacía mucho calor, por el trabajo de mi marido tuvimos que mudarnos un tiempo a esa ciudad que de paso te digo que es hermosa, con bellísimas iglesias, muchos coloridos mercados y una gastronomía deliciosa. Bueno el caso es que íbamos por la calle mis hijos, mi esposo y yo, mi marido iba con mi niño mayor unos pasos delante y el pequeño de mi mano un poco más atrás. De repente ellos nos perdieron y casi una cuadra delante se percataron que no veníamos. Bueno mi marido regresó y nos halló a mi chico y a mí asomados por una ventana de una casa donde ¡Estaba aún puesto el Belén! Era muy sencillo de figuras de barro y se veía algo deteriorado, yo cargaba a mi niño para que viera a través de la ventana y juntos estábamos pensando porqué se hallaba ahí ese Belén (En México es costumbre guardarlo el 2 de febrero) y en esas condiciones, bueno pues a mí se me ocurría que tal vez la autora lo había montado y quizá hubiera fallecido y sus hijos y familia no lo quisieron quitar jamás en su memoria. Ya te imaginarás que a mi marido no le hizo tanta gracia el motivo de nuestra tardanza.
Siempre siempre son tan hermosos los pesebres y además tienen la facultad de delatar a quien los pone, el tuyo es tan lindo, espero ver el de este año. Besos