Los talleres: artistas y artesanos.


Existen un gran número de modelistas imagineros, creadores de nuestros belenes, que vienen realizando este trabajo desde hace más de un siglo. Con Una gran técnica, que se va transmitiendo de generación en generación, con un modo de transmisión del “oficio” oral, donde ciertos secretos de taller son casi inconfesables y realizando obras de gran expresividad que van confiriendo cada vez un significado artístico único. Así, los escultores Roque López, José Sánchez Lozano o Antonio Labaña dan buena muestra de ello.
Otros también lo hicieron en un pasado menos lejano como los escultores Gregorio Molera, el maestro Policarpo, José Nicolás Almansa, Pedro Chico, Manuel Nicolás Almansa, Clemente Cantos, Antonio Garrigós…
El arte y la artesanía belenística murciana han trascendido nuestras fronteras. Las obras de nuestros artistas han sido exportadas a mercados sudamericanos y europeos, así como han sido expuestas en los más privilegiados espacios de nuestro territorio español.
En la línea del artesano popular, hemos de constatar, la presencia de diversos talleres artesanales, dedicados a esta actividad durante el siglo XIX y que cristalizaron en otros, que han pervivido hasta hoy.
Ha existido una nutrida lista de talleres que están referidos en las diferentes publicaciones especializadas.
De todos estos talleres, sería interesante resaltar la incuestionable labor artesanal que realizan sus artífices y sobre todo, diferenciar la aportación tan importante de los diferentes artistas que han trabajado para estos, realizando los modelos originales que van a conformar la base generadora de sus producciones, a través de un sistema de vaciado por moldes.
De entre todos estos artistas que he citado antes, quisiera hacer una mención especial al escultor y modelista Pedro Chico, que dedicó casi sesenta años a la creación de estos modelos originales para un variado número de talleres, y cuyo trabajo se traduce en cientos de modelos originales, cuya autoría es conocida y reconocida en los círculos artísticos, artesanales e institucionales, pero no tanto a nivel popular, pues estas piezas, salen de los talleres, lógicamente, con el sello del artesano que las fabrica, y no con la firma del artista que las crea,