Pastorcillo
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Ubicación: Murcia
Carlos III, importador del belén napolitano a la corte española.
En el siglo XVIII, Nápoles destaca sobre las demás ciudades europeas en la creación belenística.
Carlos III, gran aficionado a este arte funda la Fábrica de Cerámica de Capodimonte, donde manda fabricar las figuras para el belén privado de Palacio. Allí habilita una estancia para el montaje de un enorme belén, que podrá ser visitado por la corte y por el pueblo.
La aristocracia se apropia de la idea y esto dará paso a una extraordinaria proliferación del belén, surgiendo así importantes imagineros belenistas, que trabajarán para satisfacer un buen número de encargos.
El pesebre napolitano irá transformándose, y se popularizará, rodeándose de una serie de elementos inspirados en los personajes de la calle, que el pueblo irá incorporando progresivamente.
Carlos III regresa a España en 1760, para hacerse cargo del trono tras la muerte de su hermano.
La gran afición que sintió el monarca por el belén hizo que trajera consigo un voluminoso equipaje, con abundantes figuras y accesorios. El denominado “Belén del Príncipe”.
Así, importó el belén napolitano a España, encargando más de doscientas piezas a diferentes artistas valencianos, como José Estévez Bonet y José Ginés Marín, con la finalidad de ir completando su colección.
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