Hola a todos:
Del 16 al 20 de diciembre, un grupo de jóvenes universitarios de diferentes escuelas, parroquias y grupos salimos de misiones a diversas comunidades serranas de la arquidiócesis de Chihuahua, México. Durante estos cinco días, los casi 400 jóvenes pudimos compartir con comunidades de escasos recursos la buena noticia de Cristo hecho hombre por nosotros, por nuestra salvación. Les comparto que empecé a ir de misiones en el 2005 con apenas 12 años, y ahora es algo que ha llegado a formar parte de mi vida. El 20 de diciembre tuvimos que regresar a nuestra ciudad, a compartir todo lo que vivimos estos días. Terminamos con la Santa Misa en el templo de Nuestra Señora de la Soledad. Fue durante la comunión que entonamos este canto que ya se ha convertido en un himno de nuestro grupo, que nos recuerda que Cristo sigue reinando y que es Él quien no sigue reclutando para seguir luchando a su lado, no con la fuerza ni la violencia, sino con su amor y testimonio. Por eso he querido compartirlo con todos ustedes. Porque les juro que el hecho de sentir como retumbaban las paredes del templo a la voz de los 400 jóvenes cantando a Nuestro Rey simplemente NO TIENE PRECIO!!!!