Ya vimos en el post de "Oratorios y música sacra para la navidad", la parte correspondiente al nacimiento de Cristo, en éste subforo de espiritualidad quiero que escuchemos la segunda parte de la obra del Mesías que corresponde a la pasión del Señor.
2ª parte, "La Pasión".
“Behold the Lamb of God”. "Este es el Cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo".
"He was despised". Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Isaías 53:3.
“Behold and see if there be any sorrow like unto His sorrow”,
¡Todos ustedes, los que pasan por el camino, fíjense bien y miren
si hay un dolor comparable al mío: a este dolor que me atormenta,
porque el Señor ha querido afligirme en el día de su furor! (del libro de las Lamentaciones 1,12)
”Why do the nations so furiously rage together” es una agitada aria del bajo que, ayudado tumultuosamente por la orquesta, pregunta ‘por qué las gentes y las naciones se amotinan’ y los príncipes se confabulan contra Yavé. (Salmos 2, 1-2).
Y culmina la segunda parte con el coro del glorioso "Aleluya". Todos los contrastes emocionales y contradicciones se disipan con el famoso Aleluya, el número más esperado que proclama el Reino de Dios en el mundo que da fin a la segunda parte.
Relata la victoria de Cristo sobre la muerte, el juicio final y corona la obra un solemnísimo "Amen". La mayoría de los textos fueron tomados de la Epístola de San Pablo a los Corintios.
“I know that my Redeemer liveth”.
Esta serena aria es la más hermosa de la obra. La soprano confía contemplar a Dios:
Porque yo sé que mi Redentor vive y que Él, el último, se alzará sobre el polvo.
Y después que me arranquen esta piel, yo, con mi propia carne, veré a Dios. (Job, 19, 25-26),
Y proclama la resurrección de Cristo: Pero no, Cristo resucitó de entre los muertos, el primero de todos (1 Corintios, 15, 20).
“Since by man came death”. Prosiguen igualmente serenos los versículos en los que se refiere a que, a pesar de muertos, todos seremos vivificados por Cristo.
Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo. (Corintios, 15, 21-22).
Fuente: "El Mesías" de Haendel, por Antonio Sánchez Montoya.
“Behold, I tell you a mystery; we shall not all sleep”. El bajo alude a la resurrección de los muertos.
Les voy a revelar un misterio: No todos vamos a morir, pero todos seremos transformados.
En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final —porque esto sucederá— los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. (Corintios 15, 51-52).
“The trumpet shall sound”, ‘cuando suene la trompeta’ los muertos resucitarán incorruptos.
En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final —porque esto sucederá— los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados. Lo que es corruptible debe revestirse de la incorruptibilidad y lo que es mortal debe revestirse de la inmortalidad. (Corintios 15, 52-53).
“Death is swallowed up in victory!”. Todo lo que sigue es de carácter triunfal, asegurando la redención de los creyentes.
Cuando lo que es corruptible se revista de la incorruptibilidad y lo que es mortal se revista de la inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra de la Escritura: La muerte ha sido vencida.(Corintios 15, 54).
“O death, where is thy sting? O grave, where is thy victory?”. ¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está tu aguijón? Porque lo que provoca la muerte es el pecado y lo que da fuerza al pecado es la ley. (Corintios, 15, 55-56).