"Cuánto tiempo hace que Jesús se presenta a vosotros, y llama a la puerta de vuestro corazón para establecer en él su morada, sin que hayáis querido recibirle?
(San Juan Bautista de La Salle - Meditación para Vigilia de Navidad)
Palabras de un santo de ayer, que todavía pueden resonar en cada uno de nosotros cuando se acercan las fecha de Navidad... y más aún si resuenan en la entrada de un Colegio, donde los que cada día tienen el encargo de, con palabras del mismo santo,
'mover los corazones'
de los niños y niñas que Dios les ha confiado.
Una propuesta sencilla para la entrada de un colegio, enmarcado en un baúl que durante el curso alberga pequeñas piezas de decoración, unos botes de cristal, un mortero de mármol... un faro que alumbra la llegada de los alumnos, las familias, los profesores, el personal de administración y servicios... los que vienen y los que van... un baúl que alberga el paso de los años, de las vidas, de los que pasan y miran, de los que no miran al pasar... un espacio cotidiano, podríamos decir que público... un espacio que ahora se torna extraordinario por su sencillez... casi la puerta del colegio, por donde la vida transcurre un poco antes de llegar a las aulas... allí ha querido surgir la vida que llama a la puerta de nuestros corazones para establecer en él su morada... allí, ha surgido la sencilla Navidad de unas figuras que respiran ese halo de sencillez y magia, de ternura y paz... pero a la vez encarnan una fuerza que grita, un clamor que enjuga los quejíos y requiebros del alma...
La sencillez del modelado, la sutileza en la policromía, el concepto volumétrico y la mano de Ester Font y Laura Baldrich, que una vez más apuestan por un estilo inacabado, aparentemente tosco, encarnado en un pasado atemporal pero conjugando esa actualizad del presente que te lleva a entender el Misterio de la Navidad como el mayor de los milagros acontecidos en la historia... una propuesta de la pedagogía divina que se recrea en el espacio donde los niños y niñas han de conocer la ciencia, la cultura, la historia, la técnica, el saber, la ética y la moral, la lengua y la fe... El Misterio de la Navidad que se encarna en la vida de los que llenan con sus pasos un espacio que fue creado para ser espacio de evangelización y saber...
La labor cotidiana de quienes día tras día, por algo más que un trozo de pan y un sustento de vida, se arrodillan ante el Dios que se encarna en lo pequeño, en lo débil, en lo humano... porque de esos, en el colegio tenemos muchos... vidas que nacen a la vida, vidas que vienen indefensas, vidas que llevan sus mochilas cargadas de historias e histerias... vidas que sonríen alegres, vidas que juegan y ronean los espacios del alma... vidas que pasan, que se quedan, que buscan, que sienten.. vidas que son vidas y vidas ante las cuales hemos de adorar y quitarnos las coronas de títulos y soberbias... y abrir los cofres de nuestros corazones y acompañar cada uno de sus pasos... de sus experiencias, de sus saberes... vidas que como los Magos de Oriente tenemos que ilusionar cada día, llenar de magia sus corazones y hacer que cada mañana, al sonar la campana que les lleva a las aulas, sea una mañana de esas que se envuelven para siempre en papel de regalo frágil y precioso...
Una mirada tierna y certera, para todos aquellos que más nos necesitan... para todas las familias que gritan en silencio cada una de las situaciones que les atormenta la vida... una mirada para todos aquellos que llaman de verdad a la puerta de nuestros corazones para albergar cobijo, para ser escuchados, para que su palabra cuente, para que su voz tenga un eco que resuene en un pozo donde encontrar el agua que calme su sed... una mirada a los que pasan desapercibidos y piden ayuda con la mirada parca y tímida... una mirada a quienes luchan por encontrar el refugio que les de sentido a las cosas... una mirada para los que no dan con su sitio en la vida y en la escuela... una mirada por muchos y muchas con nombres, historia y apellidos... y que saben que la escuela está siempre con las puertas abiertas a la vida y la esperanza...
En el silencio de la noche, nace Dios... en el silencio de los días nace y crece la vida de los que cada día van y vamos a la escuela en búsqueda de algo... muchos el trabajo, otros la obligación, demasiados la felicidad, el encuentro, la amistad, el cariño, la ternura, las ganas de saber y conocer, el espacio para crecer, el espacio para ser...
...y todo, en el baúl de la entrada, con la sencillez de lo cotidiano, que unido al encanto de las figuras de Ester y Laura hacen posible el milagro de la Navidad en la escuela... en la del Colegio... en la de la vida...
Adjuntos
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