Es tradición colocar el Niño en Nochebuena cantando villancicos, que parece lo propio y así lo hacen algunos particulares y una parte de la Jerarquía Eclesial, como el Vaticano o El cardenal de Madrid, por ejemplo. Pero como esto no siempre es posible (cantar villancicos o asistir a la misa de Nochebuena o sencillmente que no hay ceremonía de apertura), se ha "impuesto" poner el Niño al abrir el Belén.
Finalmente, esto es lo más habitual. Pero lo ortodoxo es por Nochebuena.