Cómo los discípulos de Emaús, queremos preparar Señor tu morada, no pases de largo por nuestra historia personal, quédate con nosotros en nuestra vida, en nuestros hogares, en nuestras familias, acompáñanos aunque no siempre hayamos sabido reconocerte, constatamos con dolor la pobreza de nuestros pueblos, las angustias de nuestros hermanos, que viven el dolor de la marginación, qué caminan desconcertados, desorientados, dudando y cuestionando su fe, niños y jóvenes que en sus hogares no han recibido la fe, familias que han expulsado de sus entrañas a Dios, naciones que desean construir la paz a tu espalda Señor.

Hoy Señor desde tu cuna, acércate a nosotros, camina a nuestro lado, ayúdanos a poder discernir tu voluntad y actuar conforme a ella y cuando llegue a nuestras vidas la tempestad por los problemas y dificultades, por las derrotas y fracasos, te decimos: Quédate con nosotros.

Quédate con nosotros Señor, porque en torno a nosotros se hacen más densas las sombras y Tú eres la Luz, quédate en nuestras familias, sostenlas en las dudas, en las dificultades, en los sufrimientos, en la fatiga de cada día.

Quédate con los pobres y humildes, con los que sufren, quédate con nuestros niños y ancianos.

Niño Dios, aquí estamos para presenciar como los pastores de Belén la luz que hace brillar nuestros corazones... como los reyes magos queremos postrarnos y adorarte, por eso te pedimos que nos bendigas para que las dificultades de la vida no apaguen en nosotros la esperanza, para que recibiéndote en nuestros corazones, renazca el deseo de vibrar en nuestra fe, que tu nacimiento Señor traiga a nuestros corazones muchísima felicidad, libertad, paz, justicia y solidaridad.

Feliz Navidad!!








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